EL PERRO PASTOR
El Pastoreo

Un poco de historia:

Durante las peregrinaciones del hombre en busca de sustento, los rebaños estaban expuestos a los ataques de animales depredadores de todo tipo. De allí surge la necesidad de prever a tiempo el peligro: el perro, auxiliar valioso del hombre en la caza, precisamente por su agudísima sensibilidad olfativa y auditiva, asumió el papel de centinela de los rebaños, sobretodo porque también resultaba capaz de oponerse con éxito al asalto de las fieras. Se necesitaban animales robustos, y los primeros perros ovejeros o de pastor fueron de gran tamaño, aptos para luchar aún contra los osos.

Durante siglos se les confió exclusivamente la tarea de guardar y defender al rebaño; sólo en épocas relativamente recientes hay noticias de perros que conducen las manadas, actividad que, al disminuir la amenaza de las fieras y de los animales depredadores, se ha hecho la más importante, junto con la búsqueda y conducción al redil de los animales extraviados, y evitar que invadan los campos cultivados.

John Kays, en su tratado cinológico De canibus britannicis, publicado en 1576, describe al perro de pastor como "un animal que a la voz del amo, o viéndolo agitar un puño, o a un silbido suyo, hace regresar a las ovejas dispersas o lejanas al exacto lugar deseado por el amo". Para alcanzar esta habilidad, más que un adiestramiento minucioso (como ocurre, por ej., con el perro de policía) es necesaria una ejercitación que despierte cualidades ya instintivas, como consecuencia de una selección milenaria. El dueño de un perro de raza de pastor que haya tenido ocasión de aproximarse a un rebaño de ovejas que pacen habrá advertido que el animal se vuelve súbitamente más atento y, si se lo deja en libertad, se esforzará, aún torpemente, por reunir el rebaño, provocando su dispersión y fugas, pero demostrando claramente su propio instinto, por esta razón el pastor que desea tener un colaborador útil pone al cachorro al lado del viejo perro experto para que aprenda el "oficio".

La especialización varía naturalmente según que el rebaño esté compuesto de ovinos o bovinos.

Con las ovejas el perro no es mordedor, pero no vacila en hacerse obedecer y mantiene a todas bajo una disciplina severa. Cuando el rebaño está en marcha, se deplaza por el borde del camino desde la punta hasta la retaguardia, hace volver al grupo a los animales desbandados, alienta a los perezosos, vigila que al volver al redil no falte ninguno. Para ello se utilizan habitualmente dos perros: al más inteligente y experto se le concede autonomía absoluta, está en movimiento constante y su perspicacia llega al putno de permitir un leve retraso a los corderos y a las hembras grávidas, porque comprende que en esoso casos no se trata de insubordinación sino de necesidad. El segundo perro entra en el campo sólo cuando el pastor lo ordena, y una vez ejecutanda su tarea, vuelve a echarse a los pies del amo.

Los bovinos requieren, en cambio, otro compartimiento. No se trata tanto de tener unido al rebaño, que nunca es excsivamente numeroso y es guidao por un pastor, sino de evitar que durante el pastoreo se invadan terrenos ajenos, y sobretodo, de guiar a los animales en el camino de regrso al corral, a pesar de los obstáculos y acciedentes del terreno. Esta es una función en la que se destacan no sólo los grandes boyeros sino también perros de dimensiones muy pequñas, sobretodo si deben enfrentarse con grandes bovinos, que parece imposbile que fueran capaces de imponer obediencia, pero lo hacen.

El espectáculo de los rebaños trashumantes en busca de nuevas zonas de pastoreo se ha hecho cada vez menos frecuente por el cultivo intensivo del suelo, la difusión de la cría en estancias y el transporte más cómodo y veloz. Tal vez por un sentimiento de culpa en relación con la naturaleza violentada por la técnica, se trata de conservar "artificialmente" en lo que abandonado a si mismo, terminaría por desaparecer, es el caso de los perros ovejeros rebajados a la condición de perros de compañía y defensa. Hay concursos especiales para que estos animales puedan demostrar esas mismas cualidades ancestrales que todavía los distinguen. Fueron iniciativa de los ingleses, que fundaron la International Sheep Dog Society en 1906. Los criadores de ganado, deseosos de mejorar mediante una selección cualidades de sus propios y valiosos auxiliares, les dieron todo su apoyo.

OJALÁ QUE LOS PERROS PASTORES PUEDAN SEGUIR CUMPLIENDO CON SU FUNCION Y QUE NO LLEGUE NUNCA EL DIA EN QUE OLVIDADOS DE CUÁL ERA SU COMETIDO...