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Este artículo es SOLAMENTE a título informativo.
JAMAS administre medicamentos, ni diagnostique, ni haga tratamientos por su propia cuenta.

Recurra SIEMPRE a su Veterinario

 


El Moquillo

El virus del moquillo proviene de una familia de agentes infecciosos que se llaman paramixovirus, emparentada con el virus del sarampión del humano, pero esta enfermedad no se contagia a los humanos; no es zoonosis.

Se observan afecciones del sistema respiratorio, intestinal y nervioso.

El virus emplea alrededor de 21 días desde que entra en el animal hasta que invade todo su cuerpo. Su lugar predilecto son los exudados mucosos de los perros afectados.

Es relativamente fácil que un perro adquiera el virus si no esta vacunado, ya que las formas de contagio son prácticamente incontrolables. Normalmente, la principal vía es la aérea. Un pequeño estornudo de un perro con moquillo es suficiente para que las minúsculas gotitas despedidas por el animal asalten a un perro sano. Una hembra en estado de gestación puede pasar la enfermedad a sus cachorros a través de la placenta, con el riesgo añadido de abortos, partos prematuros, o en el mejor de los casos, que los cachorros nazcan débiles y aunque sobrevivan, sus defensas queden muy bajo por el resto de su vida.

Una vez que el virus ha entrado en el cuerpo del animal, empleará un tiempo relativamente corto en realizar un trayecto destructivo desde el aparato respiratorio, pasando por el bazo y el estómago, y al cabo de 8 o 9 días, invadirá el sistema nervioso a través de la sangre. Aproximadamente a los 14 días de la entrada del virus se producirá la crisis y el desenlace final dependerá del estado de salud y de las defensas que tenga el animal.

Síntomas:

Las manifestaciones iniciales de un perro afectado por el moquillo pasan por alteraciones tanto físicas como de comportamiento. En la primera fase de la enfermedad el animal se presenta abatido, indiferente, mostrando disminución o falta de apetito. Actitudes, todas ellas que en un primer momento es posible que pasen inadvertidas para el dueño, justificando su comportamiento como una ventolera pasajera de depresión. Pero a esta actitud se acompaña con fiebre alta (40 C o mas) conjuntivitis en los ojos con abundantes lagañas, respiración ruidosa, y goteo de nariz, habrá que acudir inmediatamente al veterinario. Si se ha extendido hasta el estómago e intestino, aparecerá vomitos y diarreas. Es recomendable en esta primer fase que el propietario se ocupe de limpiarle los ojos y nariz para librarle de lagañas y mucosidades, asi como mantenerle en ambientes caldeados, lejos del frío y corrientes. Aquí debemos combatir las enfermedades antes de que llegue al sistema nervioso. En estos casos aparecerán convulsiones, parálisis, cegueras, etc.

No existe tratamiento específico contra el moquillo, ningún medicamento hace desaparecer de forma unánime todas los síntomas. Los estragos que va causando el virus deben tratarse uno por uno, es decir, se aplicará un tratamiento sintomático.

 

Reforcemos las defensas:

Indudablemente la primera medida a tomar pasa por la vacunación. Todos los propietarios deberían tener a sus perros vacunados contra esta enfermedad. Sin embargo, muchos lo olvidan o no se preocupan hasta que tiene lugar la enfermedad.

La primera vacuna debe ser administrada a partir de las 6 semanas, pero sobre el plan de vacunación de nuestra mascota, aconsejamos que consulte a su veterinario de confianza.

Debemos aclarar algo muy importante, no por vacunarlo una sola vez, están libes del mal- La inyección debe repetirse anualmente, sin excepción. Si el perro no esta sano o las vacunaciones no son las correctas, la respuesta inmunitaria no sera la mejor.

Los animales con mal estado de salud, mal alimentados y sin vacunar o con vacunaciones deficientes estarán completamente desprotegidos ante la invasión del virus.

Mas vale...

Prevenir que curar. Así debemos actuar siempre. Es aconsejable mantener al perro en ambientes cálidos y muy bien ventilados. Un ejemplar adulto vacunado y con buenas defensas puede vencer el mal con facilidad. Los mas afectados son los cachorros entre tres y seis meses de vida.

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